miércoles, 17 de octubre de 2012

Apenas monográficos casi monotemáticos

Hoy, cine español. David Trueba escribe y dirige Madrid 1987, una especie de antología panfletaria sobre esto y aquello edulcorada con la presencia de la Valverde, quien luce ampliamente sus cualidades anatómicas. Mérito tiene rodar una película y contar una historia en apenas un escenario, mas no compensa la retahíla dogmática del personaje de Sacristán a la que nos sometemos. Hay otra forma de expresar las cosas.

Imanol Uribe pone a Elejalde a hacer de malo malísimo en Miel de naranjas para recordarnos, pues el cine patrio apenas aborda el asunto (y si lo hace, siempre, al parecer, desde el mismo lado), que la posguerra fue el infierno en la Tierra o más. Un guión de corta y pega, de esos que se compran en el Carrefour (la frase "me cago en la leche que mamó el diablo" es la única que aporta algo de autenticidad entre la convencional moqueta lingüística que acartona el conjunto), y cierta inverosimilitud general conforman un objeto mediocre.

Pero tenía que llegar el ínclito Rosales con su, oh, Sueño y silencio, para rematar el repaso con su habitual toque de pedantería, tedio e insustancialidad (y pensar que en su momento me gustó Las horas del día...). Consciente de su vacuo intento, el "artista" recurre a simpáticos efectos, una agradable fotografía en blanco y negro y referencias afrancesadas para hacer que su cántaro de humo suene menos hueco.

1 comentario:

Calvanki dijo...

A ver si ves looper y la despotricas, porque a mi me falta tu ingenio para desbaratar las buenas críticas que la preceden.

Debido a mi disminuido listón, al final te digo que se deja ver, pero no es la Matrix de la década; además de la idiotez en el uso de esas fórmulas publicitarias.

Y bueno, veo que el cine español sigue sin estimularte.