Más interesante es El alucinante mundo de Norman, de Chris Butler y Sam Fell, que al menos intenta trascender a las convenciones del género esbozando una metáfora sobre la identidad o, incluso, el libre albedrío y desarrolla una estética simpática. Curiosa al principio, pronto se deja llevar por caminos ya transitados. No recomendada para menores de dieciocho años. En realidad, ninguna película debería estar recomendada para menores, sobre todos los niños, panda de gusanos insoportables.
El cine español de animación puede sentirse "no avergonzado" con Las aventuras de Tadeo Jones, de Enrique Gato, a pesar del "homenaje" (hablando de plagios) al personaje del látigo de Harrison Ford. De estructura ligera y con algún que otro hallazgo resulta una película agradable.
Pixar no hace todo lo bueno, véase la deriva mediocre de la compañía desde la segunda parte de Wall-e, y para demostrarlo apelo a Hotel Transilvania, de Genndy Tartakovsky (presumo que se trata de un deliberado juego de palabras cinéfilo) un gracioso disparate con armoniosos ingredientes.
1 comentario:
Me apunto la de Norman... que por cierto el título en inglés orignal es un juego de palabras casi tan chusco como el que hiciste con "argo"... jejejeje
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