A estas alturas, Tarantino hace películas como quien poda bonsáis o teje bufandas; para distraer el aburrimiento. Si al espectador neutral le resulta indiferente participar de este pasatiempo no digamos al quisquilloso, avisado de la tendencia del director a la inverosimilitud y el carácter repetitivo de la narración (Waltz interpreta exactamente al mismo personaje de "Bastardos no sé qué"). Es decir: Tarantino, ¡qué pereza!
1 comentario:
Tarantino es un Almodovar con palabrotas y sin mariquitas.
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