jueves, 24 de enero de 2013

El viaje, de Michael Winterbottom

Agradable comedia, sencilla en apariencia, sin mayor ambición que la de convertir la creación cinematográfica en el registro de la experiencia humana y la construcción de sus relaciones. Contiene, además, para mi regocijo personal (por cuanto significa en el sentido de humillar y vituperar, cuanto sea posible, el infame oficio de falsificador), la siguiente escena: 

Publico aún una escena más dedicada con todo el desprecio que mis intestinos son capaces de producir a aquellos pobres imbéciles que prefieren el cine doblado.

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