Cuento algo tedioso (estamos mayorcitos para sermones, señor Lee, y mucho más para flatulencias del tipo "alianza de civilizaciones") al que podría reprochársele inverosimilitud (los animales parecen más falsos que un pastel de plástico) y fullería si no fuera por su carácter parabólico (en el sentido bíblico), donde tales características están implícitas. La fotografía muy bonita, eso sí, los indios, no tanto.
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