lunes, 4 de febrero de 2013

Blancanieves, de Pablo Berger

Si como curiosidad caprichosa deja de ser llamativa recién empieza como película es por momentos torpe e hilarante. Si hay que tomársela como un cuento, resulta igualmente despreciable por la explotación y continuación del tópico tras el que se parapeta para disimular codicia de reconocimiento, especialmente el de ultramar.

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