lunes, 17 de septiembre de 2012

Take this waltz, de Sarah Polley

A pesar del desprecio por el cine es inevitable seguir viendo películas, y lo curioso es que, en medio de este enfermizo páramo creativo, se puede encontrar alguna que estimula mis neuronas. Lo que, de ninguna manera, significa que esta sea una pieza brillante. Algo "popi" y musiquera, pero con nutritivos detalles en el guión, he aquí una reflexión potable sobre la soledad o la cualidad accesoria, efímera e intrascendente de la vida y sus vicisitudes, especialmente, disculpen la expresión, la del "amor". La escena final, a la que pertenece la imagen superior, remata el cuadro con una bonita y certera metáfora.

1 comentario:

Calvanki dijo...

entonces esta me la apunto, jeje